Latentes - 1976/2016

Un poema contemporáneo a 40 años de la última dictadura cívico-militar.


El viernes 3 de marzo a las 19hs se inaugurará la muestra LATENTES del Grupo TENDER en el Centro Cultural Paco Urondo, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, ubicado en 25 de Mayo 201, CABA. Podrá visitarse hasta el 30 de marzo con entrada libre y gratuita, de lunes a viernes de 9 a 21hs y sábados de 9 a 13hs.

LATENTES - GRUPO TENDER

Alicia Benitez - Marion Jüül - Walter Coelho - Sandra Ciccioli - Jimena Geri - AdrianaGiacchetti - Adriana Gutierrez – Andrea Trotta - Carlos di Leone - José Arfuch - Florencia Belotti - Lucía Artigas.

Curaduría: Federico de la Puente

A cuarenta años de la última dictadura cívico-militar, doce artistas trabajan juntos. Reflexionan sobre las cartas escritas por las madres detenidas-desaparecidas a sus hijos nacidos en los centros ilegales de detención. Aquellas cartas, escritas a la fuerza y con la ilusión de ser canales de comunicación, nunca llegaron a destino. Los papeles intervenidos por los integrantes del grupo TENDER Generan un torbellino blanco, que llena el espacio de gestos sutiles y casi imperceptibles.

LATENTES (1976-2016) nos recuerda que todo encuentro es político, en tanto es una relación con el otro. Es un hecho que desanda y construye mundos. Los 121 nietos recuperados son homenajeados en 121 papeles intervenidos por los artistas, en los cuales se atraviesa el tiempo y la lucha por un mundo más justo. Cartas desde el peor de los cautiverios que contienen y proyectan la construcción de un futuro de LIBERTAD plena. La invitación es a la reflexión, a la memoria. Pero también es un llamado a la acción y al trabajo cotidiano en nuestro tiempo, a la mirada atenta y al pensamiento crítico.

Federico de la Puente - Febrero 2017


Enigmas

“De cuando en cuando

Las nubes acuerdan una pausa

Para los que contemplan la luna”

Matsuo Basho

Andrea Lorena Trotta reside en Buenos Aires, ha transitado el mundo del color a través del diseño gráfico, pero hace más de una década la pintura abstracta ha tomado las riendas de su vida. Inició su camino con Verónica González, Marcela Santantón, Juan Doffo, Emilio Fatuzzo, Ricardo Maldonado, Marcela Gásperi, Juan Astica. En la actualidad realiza clínica de obra con Marcelo Pelissier.

Expuso individualmente y colectivamente en instituciones como: Museo del Banco Provincia Dr. Arturo Jauretche, Museo de Artes Visuales de Trelew, Museo Carnacini, Centro Cultural Recoleta, Universidad Nacional Tres de Febrero, Universidad Nacional de San Martín, Universidad Nacional de General Sarmiento, Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.

Su sendero abstracto la ha conducido por diferentes expresiones como el colage, la espátula y su materialidad, impulsos cromáticos bastos y pinceladas llenas de sentimientos intensos. Hoy es una artista “en constante búsqueda de la síntesis tanto del color como del gesto”.

La simpleza del color la logró a través de su serie Silencios Cromáticos (2015), en este 2016 presenta su reciente creación, basada en la necesidad de eliminar las formas, los preconceptos, las convenciones, busca una expresión íntima de su ser, un movimiento silencioso que domine el lienzo y una monocromía que nos lleve a observar detenidamente cada obra como única.

La invasión visual es desalojada, desterrada y silenciada, una experiencia nueva surge del dialogo entre la obra y el observador, una conversación atemporal y sin ataduras.

La serie Enigmas desembarca en el Centro Cultural Borges cual palimpsesto griego, donde se da paso a un nuevo lenguaje pictórico, donde allí hubo color y agitación, hoy hay un sin fin de capas, cargadas de silencio cromático y de calma, la transparencia en la pincelada deja entrever los vestigios de la antigüedad, el enigma está allí, listo para ser descifrado solo hay que permitirse dialogar con la artista en su idioma.

Lic. Cristina Cosci - Museóloga - Julio 2016


Fragmentos suspendidos - Grupo Tender

“El arte es magia liberada de la mentira de ser verdad.” Theodor Adorno

Theodor Adorno

La(s) culturas, -¿No son acaso las grandes obras de la humanidad?- son posibles únicamente desde lo colectivo. No hay cultura sin encuentro y ese encuentro no distingue tiempo, soporte ni técnica. Los abarca a todos. Nos abarca a todos. O, al menos, asi debería ser.

Las ideas de un autor, y también las de una comunidad, son el resultado de la superposición de las ideas precedentes. La herencia, la coexistencia, la yuxtaposición y sus influencias, están presentes, tendidas en la genética de la próxima idea. De la misma forma, TENDER, surge de la particularidad de cada fragmento y toma la yuxtaposición como dinámica fundamental.

Las obras-fragmento que componen esta instalación fueron generadas específicamente en relación con este espacio y esta propuesta. Cada una, trae consigo la historia particular de su autor. Todas juntas, se ponen en diálogo para generar un nuevo discurso. La superposición tiende lentamente a convertirse en un tejido de imágenes. La suma de las partes toma profundidad y se vuelve más compleja, las imágenes olvidan su carácter unitario por un momento para saberse parte de un todo.

TENDER funciona como filtro entre el mundo-mundo y el mundo-biblioteca. El visitante desprevenido, deja su sentido común atrás y comienza a tejer, por su cuenta, relaciones y nuevos sentidos entre cada imagen, textura o vacío. Es testigo de una narrativa compuesta por muchas voces. Entra a un mundo de ideas, rompe verdades, construye ficciones y resignifica la obra.

Enumerar las obras sería en vano, quitaría suspenso y sumaría prejuicios. Lo cierto es que nada está quieto ni es verdad permanente. Todo está en movimiento, todo es y deja de ser a la vez. Lo orgánico, geométrico, figurativo, concreto, abstracto, aparece desde el aporte y la diversidad. La multiplicidad de texturas y técnicas funcionan como soporte de las tantas ideas anunciadas simultáneamente.

El resultado -imprevisto, por cierto- es la ocasión de celebrar la vitalidad del encuentro entre quienes dicen y quienes escuchan; quienes escriben y quienes leen: y quienes - en definitiva - compartimos el espacio, el tiempo y las verdades que brinda la expresión.

Federico de la Puente, Octubre 2015


Silencios cromáticos

El ser y la nada, el miedo a no decir lo suficiente y la incomprensión del otro, un mundo expresivo, extrovertido e insatisfecho. Las palabras son los soldados de las batallas internas y externas; y el silencio queda en un rincón acorralado, discriminado y apuñalado por la inmadurez. ¿Qué es el silencio? Según los estudiosos, es falta de ruido, abstención de hablar, omisión de algo escrito y una figura musical. Lo paradójico del silencio –a pesar de lo que se cree– es que el ruido ausente no existe, la omisión del habla se suple por gestos y la figura musical en una composición orquestal es indispensable para la melodía. Solo nos queda entender que el silencio no es la ausencia sino la presencia de aquello que no se puede representar.

El hombre siempre ha tendido a expresar con música y palabras lo que siente en sus entrañas; otros prefieren el camino de la pintura. Las palabras son esas pinceladas elocuentes llenas de prosa y subjetividad, donde todo es uno: el color, el lienzo, el trazo y el gesto. ¿Cómo sería, entonces, lograr un silencio que hable de los versos más íntimos? Entonces, se dispone que el color será palabra y su relación con el gesto expresará la intimidad de lo subjetivo. En consecuencia, lo que antes se desencadenaba en el lienzo, en un interludio violento por no encontrar el camino, hoy el silencio logra que la gestualidad se encause en un recorrido lento y sosegado.

La pincelada expresa las palabras silenciadas y busca el sonido monocorde de aquellos colores primarios, quienes, sin tapujos, se quedan en la tela tomando el blanco para sí mismos; es la revancha de tanta gestualidad. Ahora, el silencio allana la ruta del alma, que se desboca en el color simple. El objetivo es que el silencio manifieste a través del color eso de lo que no se habla, la subjetividad completa de la artista.

Silencios Cromáticos, la serie que vuelca la bocanada de versos introspectivos sobre la pintura abstracta, sobre el deber ser y la autenticidad. Su visión se contiene en una pincelada gestual cromática limpia, madura, acallada, monocorde… una abstracción conceptual y minimalista.

Un sinfín de combinaciones de colores recorriendo en silencio un nuevo universo interior, el de la calma… Recordando siempre que el silencio es mejor que las palabras.

Lic. Cristina Cosci - Museóloga


Una mirada en el espejo

Este acontecimiento atemporal, efímero y con la virtualidad óptica del instante, nos pone sobre el acto de libertad aparencial que define la intemporalidad perceptual del contemplador.

La obra de Andrea Trotta es presentativa y la mirada que nos propone vive en el poder de la distinción, aquello que nos dice y que vislumbranos en la mancha desplegada, sensible, directa, contundente.

Si miramos nos podemos ver, si reconocemos podemos comprender los grados múltiples de transtividad en la relación sutil que nos da espacialidad.

Umberto Eco dice  que el arte como expresión formal de la vida imaginativa nos sugiere dos categorí­as visuales, la visión creativa del artista -activa e indiscriminada- y la visión estética -apreciativa y singular-. La mirada genera una percusión visual que se ordena para desordenarse, remite a la obra la multiplicidad de significados y riquezas de sentido, así la obra tiene la posibilidad de ser interpretada de diferentes maneras. Esta actitud sobre lo abstracto renueva esa mirada interpretativa confiada en la iniciativa del espectador e invita a que la obra culmine su vitalidad estructural.

Andrea Trotta provoca caminos instintivos, indeterminados, sin abandonar el valor emocional de sus facturas poniendo en actividad la forma que se transforma en marcha, reflejo, toque, disparo. Estos espejos reflejan el alma pictórica de Andrea, lo aparencial como disfrute visual, -menciona Umberto Eco- desaparece la imagen no importa bajo que apariencia se presente, lo llena todo de un sentimiento que se proyecta desde uno mismo.

Celebremos el arte de Andrea Trotta hoy, Una mirada en el espejo.

Ricardo Maldonado - Crítico de arte



Soles negros

Ante la pintura de Andrea Trotta me surge inmediatamente asociarla con la clasificación en la que se encuentran los artistas españoles Antony Tapies, Carlos Saura y, en nuestras tierras, Jorge Abot..

Trotta no parte en su obra de nada que nos remita a la realidad ordinaria del mundo que nos rodea; más bien nos está ofreciendo su sensible universo interior. Con una paleta austera de color y una factura cargada de gestos violentos y tumultuosos pero románticos, donde la acción y la calma se superponen.

En fin, una obra para espíritus fuertes y sensibles.

Ricardo Roux - Septiembre 2010


Una mirada en el espejo

Geometría en el desorden. Así analizo la pintura de A. Trotta. El expresionismo abstracto, se define a través de las manchas que nacen en un espacio de geometrías intuibles, llenas de un desorden aparente y potente al mismo tiempo. Característica plena de esta pintora porteña, con un enorme futuro plástico.

El resultado final de su obra está en lo que yo llamaría, "evolución trascendente", ó el camino hacia la construcción de una obra, que es el objetivo que todo artista persigue.

En esa trascendencia, entre lo más material por sus volúmenes y lo intangible, subyace la pasión por lo bello; es la búsqueda de un futuro inexorable. Cada obra suya es una estructura viva, un proyecto de identidad y coherencia que componen un mundo de extraña y . sugerente fascinación.

Materializar esos elementos es el lenguaje de esta joven pintora, a la que desde aquí, auguro grandes éxitos en este arriesgado mundo del Arte.

Salvador Gil Ripoll. Pintor y Director de Arte. España. 2009



La mirada de un colega

Nos sorprende con vigorosas pinturas sólidamente planteadas con las que logra transmitir una gran potencia a través de trazos de colores cálidos en contrapunto con pocos, pero vibrantes, colores fríos. Todo plasmado en forma vertiginosa y de manera impremeditada, resultado natural de lo que fluye de su inconsciente, de su apasionamiento por el color que, para ella, es el mejor medio para lograr la gestualidad y la expresividad necesarias. En algunas de sus obras recurre a la textura que hace aún más intensa esa vehemencia.

En síntesis, en todas sus pinturas esta artista muestra que tiene tanta pasión como fuego inspirador, que no necesita imágenes narrativas para crear y transmitir sus sentimientos dotados de una sensibilidad exquisita.

José Curia - Artista Plástico